Tiene una esposa, más bien,
fea.
Tiene dos hijos que sacaron sus ojos
y que por estos días persiguen a los gatos en el barrio.
Trabaja, lee mucho, canta por las mañanas;
pregunta por la salud de las señoras;
es amigo del pan, del panadero;
suele beber
cerveza al mediodía;
conoce bien el fútbol, ama el mar,
desearía tener un automóvil,
asiste a los conciertos, tiene un perro pequeño,
ha vivido en París, escribió un libro –creo yo
que eran versos-, se siente satisfecho al ver los pájaros,
paga sus cuentas al final del mes,
ayudó a reparar el campanario…
Ahora está en la cárcel prisionero:
también es comunista, como dicen…
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